jueves, 30 de enero de 2014

La Escuela, esa vieja y gorda vaca sagrada - (I. Illich)

Comenzamos a leer este ensayo simplemente como "una tarea", sin la más mínima idea de lo que iríamos descubriendo sobre nuestra sociedad y nuestro propio proceso educativo del cual hasta nuestros padres se sienten medianamente orgullosos.

Nunca habíamos pensado al sistema educativo como una fábrica de ciudadanos estandarizados por la necesidad política de nuestra cultura; siempre habíamos visto a la escuela como un proceso necesario para "ser mejores personas" o al menos eso nos dijeron durante mucho tiempo. Sentir y ver que nuestros padres se esforzaron muchísimo para darnos "la mejor educación" que pudieron y saber lo muy orgullosos que hoy en día se sienten de "haberlo logrado", se derrumba después que lees un ensayo como "La escuela, esa vieja y gorda vaca sagrada"... porque la sensación de que hemos sido engañados se vuelve palpable a medida que internalizamos lo que leemos.

Desde que tenemos uso de razón en nuestros primeros años de vida  (si es que realmente ese uso es autónomo) siempre se nos ha instruido que "para ser alguien en la vida" es necesario estudiar, entendiendo el aprendizaje de nuestra generación como el convencionalismo de ir al colegio a diario, sentarse en una aula para ser literalmente llenado de información por un profesor superior a uno y por seguir reglas de convivencia standar para todos los que pasamos por el proceso, con la esperanza de "algún día" conseguir ser un "hombre de bien" o mejor dicho un profesional; entonces cuando se nos ha inculcado esta teoría del éxito personal y laboral desde tan pequeños no se vuelve cuestionable levantarse día a día con el deber de ir a clases (que por lo demás para los padres no es opcional); pero cuando estás saliendo de cuarto medio  y que es hora de poner en práctica todo lo "aprendido", te das cuenta que nadie ha certificado fehacientemente que estás capacitado para dar ese paso, que estas "listo" al 100%, no que estas listo simplemente porque has cumplido con los 12 años de estudio como proceso obligatorio en el que se supone aprendiste algo, si no que realmente alguien tiene certeza absoluta que tu proceso de aprendizaje para éste nivel está terminado... auqnue ya es tarde para ese tipo de cuestionamientos y sales al mundo laboral no recordando muchos de los contenidos "aprendidos" y descubriendo además que muchas de las materias que te dijeron que "serían útiles" para el desarrollo laboral, jamás las utilizas en la práctica... pero tampoco decimos nada, se supone que esto es así...

Entonces este ensayo te abre la mente para entender lo que por conveniencia nadie quiere decir y entrega respuesta a muchas dudas silenciosas... leer "luego de distinguir a sus graduados con un título, la escuela los coloca en el mercado para que pregonen su valor", piensas qué valor? si finalmente no tengo ninguna experiencia real que efectivamente le dé valor a lo que se supone que aprendí y que se supone también voy a utilizar en el mundo laboral... más aún, cuando con los años de estar inserto en el campo laboral descubres que aunque tengas "talento" para el trabajo, la sociedad "mide tu grado de competencia y adaptabilidad por la cantidad de tiempo y dinero gastado en educarnos, vale decir, un título define y determina quién eres y cuánto vales para una compañía" y es una realidad que vivimos día a día, donde los accesos a oportunidades laborales o asensos están restringidos y condicionados a entrar en su "política de carrera laboral", carrera que definen algunos pocos con conflicto de intereses y que buscan solamente el monopolio del poder.
No queremos este modelo educativo para nuestras futuras generaciones, no queremos que nuestros niños vivan la estafa de la que fuimos "víctimas" nosotros mismos, no queremos que "ser alguien en la vida" sea para ellos aún más lejano e inalcanzable de lo que fue para nosotros...

Lees este ensayo y te imaginas un mundo ideal, aunque la abrumadora realidad siempre espera tras la puerta...

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